Creemos que existe un hueco importante en nuestra cultura que hace que la atención se centre sobre la enfermedad. Por eso, teniendo en cuenta que lo esencial está en la persona, hemos desarrollado una propuesta para cultivar los aspectos del acompañamiento, centrándonos en la persona, en su entorno y en su familia y en las personas cercanas.
No se trata de ignorar la enfermedad y lo inevitable del morir, sino de darle sentido, reconociendo el proceso final de una biografía y las oportunidades que aparecen en un momento en que se trasciende lo puramente orgánico para conectar con lo esencial del ser humano, acogiendo lo inevitable, viviendo el proceso con la presencia del papel que cada uno tiene en esta fase y brindando la ayuda que se pueda ofrecer desde la conexión amorosa.
La dimensión espiritual del ser humano nos proporciona sabiduría, al conectar con la esencia de lo que somos. Hay algo que desde el interior nos mueve hacia el encuentro con esa esencia y nos permite conectar con el otro en los aspectos universales que compartimos.