Estamos viviendo días que nos colocan ante una de las características inherentes al ser humano: LA INCERTIDUMBRE. Habitualmente nos movemos tratando de controlar los sucesos cotidianos y construimos, a nivel mental, una sensación de seguridad que nos hace pensar que podemos predecir lo que va a suceder. Nos acomodamos a tener unas referencias que dejan poco margen o lo que sale de lo que llamamos normalidad. Con ello perdemos de vista que la vida es un cambio continuo y que lo que viene hay que crearlo, no es una proyección automática de lo ya pasado.
“Las crisis ponen en evidencia esa incertidumbre cuestionando aquello que creemos controlar”.
Una forma de abordar ese vértigo que sufrimos al colocarnos ante lo desconocido es cambiar la noción de “SEGURIDAD “por la de “CONFIANZA”
La seguridad nos hace creer, falsamente, que podemos conocer lo que viene y manejarlo, es muy propia del ego del ser humano. Nos hace construir nuestra propia realidad de una forma estrecha y lineal, relacionando una causa con un efecto. Olvidando que cada suceso esta siempre interrelacionado con todo lo demás, ignorando que lo que vemos es solo un aspecto del infinito. Así construimos una realidad estrecha basada solo en lo que miramos.
La confianza es una actitud que podemos tomar desde lo profundo de cada uno, conectando con la incertidumbre esencial, aceptando nuestras limitaciones, lo cambiante del universo que nos rodea y reconociendo que el reto esta en abrirse a lo desconocido asumiendo el papel creativo y trascendente que tenemos. No para controlar, sino para seguir creciendo y construyendo con lo que el universo nos ofrece.
Si eliges seguridad vivirás la experiencia de un fracaso cuando no se cumplan tus expectativas.
Si eliges confiar no te quedarás en la duda de si hacer o no hacer, solo cuenta lo que haces, serás responsable de lo que suceda, sintiendo que estás en armonía con el universo, mas allá de cualquier crisis.
Como dice un proverbio árabe: Confía en Alá, pero no te olvides de atar el caballo a la reja.