23/11/2024

PRESENCIAS

Actualidad

Crónicas

José María Tomás Tío

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Cualquier celebración, como cualquier acto en el que los humanos participamos, está siempre lleno de recuerdos directos, de ilusiones… de personas.
Es verdad que la llamada nueva civilización ha empezado a conectarnos a través de relaciones telemáticas, sustentadas en la urgencia, la velocidad, el acortamiento de distancias, la rapidez, ¡qué sé yo! Por no decir de tanto mensaje desde lo escatológico a lo humillante, que se esconde en la trinchera de la perversidad y revela la mediocridad de quien lo reenvía indiscriminadamente sin reparar en el poder destructor de mentes débiles
Cierto que muchas de las relaciones de carácter comercial o formativo, amistoso o beligerante, se pueden hacer frente a un ordenador, un teléfono móvil, o múltiples aparatos de comunicación siempre a distancia, en los que las personas no pueden más que transmitir aquello que sus capacidades verbales o intelectivas consiguen completar en palabras, incluso contrarias a las reglas básicas que el lenguaje dicta, pues, en razón a la velocidad, las palabras se contraen y el vocabulario empieza a ser casi místico, extraterráqueo.
Es decir, estamos creando una cultura de relación en la que los afectos no pueden, no tiene sitio, mas que con expresiones cuyo sentido se deja exclusivamente al albur de quien las emite, pues quien las recibe no acaba de percibir el esfuerzo, siquiera la intención de quien las manda.
No acabamos de entender que el mundo de las relaciones personales está sufriendo ausencias porque la presencia no puede sustituirse.
La mayor preocupación es descubrir que la falta de presencias genera frustración, sentimiento de abandono y distancia entre quienes necesitan y quienes ofrecen. No es posible sustituir a las presencias... Y presencias son las que cualquier persona y cualquier comunidad busca en quien tiene respuestas ante necesidades perentorias. Presencias son las que se ofrecen desde lo profundo de las entrañas en situaciones de de desespero y desgarro interior. Presencias son las que sostienen el encuentro personal, no por palabras, ni por escritos, ni por imágenes, ni por brindis al sol cuando el sol se pone.
La presencia nació con la vida, pues la vida se creó con presencias, el sufrimiento se supera con presencias, el amor se concreta con presencias, el dolor irremediable por acontecimientos inesperados se cura con presencias, la muerte digna necesita presencias, la fe se descubre en presencias,, la eternidad se alcanza tras presencias.
La grandeza de la humanidad se ha hecho presencia ante la necesidad de otros, pues miles no han olvidado que este también es tiempo de generosidad, de ternura de solidaridad, de bondad, de compasión, de acompañamiento... que sigue requiriendo presencias. Gracias desde el corazón.